Alguna canción, un corte de pelo, un baño de espuma
y echarte más de menos.
Si vuelvo a nacer, te busco sin duda
Detrás de la luna, del amanecer donde te desnudas
Donde tengo las de perder.
Me quedaron cien, cositas en el tintero
Sobraba papel, camita de versos, mirada de duda
Pronóstico de cáncer en el cenicero.
Y tú te diste cuenta sin mirar atrás
Que todas mis arterias precisan de aire
Que todas las neuronas que vienen del mar
Gustosamente me conceden su baile
Otra vez el significado ha sido equivocado.
Las cosas que nunca te dije
Son las camareras que aliñan la receta
de la madrugada
(Las cosas que nunca te dije)
Que tú buscabas en mis bolsillos y no había nada
Por lo que enfermo y lo que curo
por lo fumo por lo que encarta
(Las cosas que nunca te dije)
tienen la culpa que entre mi ropa
siempre haya bragas
Que siempre voy a ras de cielo
y me acuesto en el techo de la mañana
(Las cosas que nunca te dije)
Que a fin de cuentas
son por las cosas porque te fuiste
Por las cosas que nunca te dije.
A medio pulmón, hoy duermo en el suelo
La televisión un cuento de nada,
se me escapa el tiempo
yo sigo tejiendo mi tela de araña
Y ya no habrá más 'dónde estás que no te veo'
ni muertos de miedo
ni estatuas de sal, ni güisqui sin hielo
Sol
ni gotas de leche que lleguen al techo.
Tú querías oír cosas que nunca te dije
ni pienso decir están de otra forma en cada silencio
en cada muerte que sustento por ti.
Y tú te diste cuenta sin mirar atrás
Que todas mis arterias precisan de aire
Que todas las neuronas que vienen del mar
Gustosamente me conceden su baile
Otra vez el significado ha sido equivocado.
Las cosas que nunca te dije
Son las camareras que aliñan la receta
de la madrugada
(Las cosas que nunca te dije)
Que tú buscabas en mis bolsillos y no había nada
Por lo que enfermo y lo que curo
por lo que fumo por lo que encarta
(Las cosas que nunca te dije)
tienen la culpa que entre mi ropa
siempre haya bragas
Que siempre voy a ras de cielo
y me acuesto en el techo de la mañana
(Las cosas que nunca te dije)
Que a fin de cuentas
son por las cosas porque te fuiste
Por las cosas que nunca te dije.
Tú, de tanto preguntarme qué
Que qué haré con mi vida, qué
Que dónde pongo el corazón
Muerto de fe, lleno de sol.
Yo que vivo en un columpio de
Palabras que me mecen
De ir dejando el corazón
En cada paso de mis pies.
Duermo en buhardillas
Me hacen gestos y cosquillas
Las anémonas
Y bebo en las orillas del Edén.
Piso algún insecto
Por descuido mientras ando
Y no me cambio de trinchera
Pues mi bando aún tiene sed
Siento un desfile de gaviotas en el brazo
Me fundo en un abrazo con quien me quita la vida
No recuerdo cuando fue la última vez
Que vi mi alma dormida.
Siento un desfile de gaviotas en el brazo,
40 mariposas rubias y de pelo largo
No hay nada que decir ante el espejo de unos ojos cerrados.
Y tú si tienes fe, arrodíllate
Y tú si tienes hambre come del aire.
Sol, tu sexo que me da calor
Sabores que me da una flor
Los días como una pensión.
Las noches mares de sudor.
Yo que vivo en un infierno de
Palabras contra la pared
En una nube de algodón
Y verdes lunas de placer.
Duermo en buhardillas
Me hacen gestos y cosquillas
Las anémonas
Y bebo en las orillas del Edén.
Piso algún insecto
Por descuido mientras ando
Y no me cambio de trinchera
Pues mi bando aun tiene sed
Siento un desfile de gaviotas en el brazo
Os dejo aquí mi abrazo y un amor en cada esquina
No recuerdo cuando fue la última vez que vi mi alma
Dormida.
Siento un desfile de gaviotas en el brazo,
Un cuerpo a otro cuerpo no son más que dos pedazos
No hay nada que decir ante el espejo de unos ojos
cerrados.
Y tú si tienes fe, arrodíllate
Y tú si tienes hambre come del aire.
Con la gente que me gusta
me dan las claras del alba
compartiendo madrugadas,
palabras, risas y lunas.
Con la gente que me gusta
paso las noches en vela
deberían ser eternas
como la lluvia y la sed.
Me gusta la gente
que cuando saluda
te aprieta la mano
con fuerza y sin dudas.
Me gusta la gente
que cuando te habla
te mira a los ojos,
te mira de frente,
Te dice a la cara
aquello que siente
y nada se calla y no tiene dobleces;
me gusta esa gente.
Con la gente que me gusta,
alrededor de una mesa,
cualquier vino es un poema,
cualquier charla, la locura.
Con la gente que me gusta
me encanta hablar de proyectos;
de esos que se lleva el viento
y que se olvidan después.
Me gusta la gente
que cuando saluda
te aprieta la mano
con fuerza y sin dudas.
Me gusta la gente
que cuando te habla
te mira a los ojos,
te mira de frente,
Te dice a la cara
aquello que siente
y nada se calla y no tiene dobleces;
me gusta esa gente.